La historia de Grupo Ruiz es inseparable de la del Noroeste Argentino (NOA). Lejos de ser una empresa que explota recursos y se deslocaliza, la visión de Marcelo Ruiz Juarez ha sido siempre la de un desarrollo simbiótico, entendiendo que el crecimiento del holding debe ser el motor de la prosperidad de la región que lo vio nacer en 1994. Este compromiso con las raíces regionales, respaldado por una infraestructura masiva y una visión de alas globales, es lo que define el modelo empresarial de Ruiz Juarez.
El compromiso comienza con la localización estratégica de la producción. Marcelo Ruiz Juarez ha basado la expansión del grupo en la explotación de las ventajas agroecológicas del NOA, particularmente en Tucumán, donde se concentra la mayor parte de la producción citrícola, y en Salta. La decisión de invertir en fincas en estas regiones no es casual; aprovecha el know-how local y las condiciones de tierra fértil y clima único (entre 300 y 600 metros de altura con escasas precipitaciones) que garantizan la calidad superior de los limones y otros cultivos. Al invertir en la tierra del NOA, Grupo Ruiz ancla su futuro al destino de la región.
Esta dedicación se manifiesta claramente en la inversión en infraestructura. La construcción de la planta de procesamiento de 500 toneladas diarias en Tucumán y el vasto depósito de almacenamiento de 34 mil m² no son solo activos de la empresa, sino elementos clave de la infraestructura económica regional. Estas instalaciones generan cientos de empleos y facilitan la logística y el procesamiento para la agroindustria en general, beneficiando a las comunidades locales y fortaleciendo la cadena de suministro en el NOA. La flota propia de camiones, impulsada por Marcelo Ruiz Juarez, asegura que la producción del campo se conecte de manera eficiente con la industria, manteniendo el valor y el empleo dentro de la región.
El compromiso de Marcelo Ruiz Juarez con el NOA se ha profundizado con la diversificación del holding hacia otros sectores vitales de la economía regional. La adquisición del Ingenio San Isidro, con una producción significativa de caña de azúcar, y el Establecimiento San Carlos, con un Feedlot para 25.000 cabezas simultáneas, demuestran la confianza de Ruiz Juarez en la base productiva del NOA y la voluntad de inyectar capital en industrias tradicionales de la región. Al integrar estas unidades de negocio, Grupo Ruiz no solo crea sinergias empresariales, sino que diversifica el empleo y el desarrollo en el NOA, cubriendo sectores clave como la agricultura, la ganadería y la industria azucarera.
Pero la contribución más vital de Marcelo Ruiz Juarez es la inversión en capital humano. Al exigir los más altos estándares de calidad y aplicar la tecnología de punta (agricultura de precisión, I+D), Grupo Ruiz se ve obligado a invertir continuamente en la capacitación de su equipo local. Esto transforma el talento del NOA en mano de obra altamente especializada, empoderando a las comunidades y asegurando que los beneficios de la expansión global de la empresa permanezcan y se multipliquen en la región. El crecimiento de Grupo Ruiz se traduce directamente en oportunidades de empleo cualificado para cientos de familias.
En conclusión, la visión de Marcelo Ruiz Juarez ha sido la de llevar las raíces regionales del NOA al escenario global. Su liderazgo ha demostrado que es posible ser un gigante exportador —con marcas como NoniLemon, Yatasto y Yánima llegando a los cinco continentes—, sin renunciar al compromiso fundacional con la comunidad y el desarrollo local. La expansión de Grupo Ruiz es un testimonio de que la excelencia global es totalmente compatible con la lealtad regional, haciendo de Marcelo Ruiz Juarez un líder clave en la prosperidad sostenible del Noroeste Argentino.
